top of page

Plantas que florecen en inclemencia.



Me considero experta en tomar de algunas plantas una ramita o los llamados “coditos”, con el fin de trasplantarlos a alguna maceta de mi casa y así lograr su reproducción.


Esta acción para mí es muy gratificante y significativa, pues veo crecer plantas en mi jardín que fueron tomadas de algún otro lugar de mis últimas vacaciones o de la casa de una entrañable amiga que vive fuera de mi ciudad.


Estas pequeñas maniobras de jardinería me hacen recordar que muchas veces Dios hace lo mismo con nosotros; podemos estar muy contentos en cierta maceta, muy acostumbrados al clima y posición en la que nos encontramos, pero Dios nos mueve a otro lado y nos hace empezar de cero para que florezcamos en otro sitio. Tenemos dos opciones:

 

1.- Quejarnos, lamentarnos de nuestras nuevas circunstancias y amargarnos para ni florecer ni fructificar.

 

2.- Aceptar la dificultad de la nueva situación, aunque represente trabajo, inclemencia de clima, adaptación y cambio, y responder confiados y hacer lo que estamos llamados a hacer, florecer donde quiera que estemos, seguros que Dios tiene un hermoso plan para nuestras vidas.

 

El justo florecerá como la palmera; Crecerá como cedro en el Líbano. 

Plantados en la casa de Jehová, En los atrios de nuestro Dios florecerán.

Salmo 92:12, 13

Comments


  • Facebook
bottom of page