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Nuestros dones y habilidades vienen de Dios.


Recientemente fui a una despedida de soltera de una amiga y me sorprendió gratamente la organización de muchas habilidosas mujeres para hermosear el salón con bellos adornos para la festejada.


Todos tenemos amigos o familiares que nos inspiran con sus talentos:  nuestro amigo pintor, la escritora, la organizadora de eventos, la que teje y borda primorosamente, la maquillista, el estilista, la que pone hermosas uñas, el músico, el chef, el que canta como ángel.


Siempre hay también quienes se destacan por sus prodigiosas manos en la elaboración de artesanías, joyería o verdaderas obras maestras.


¡Qué satisfacción tan grande nos dan las

habilidades que tenemos!



Pero recordemos que todos esos dones y talentos vienen de la mano bondadosa de Dios. Por ende, deben ser usados primeramente para darle la gloria.


Dice la Palabra de Dios en Éxodo 31.1-11

1. Luego el Señor le dijo a Moisés: 2 «Mira, he escogido específicamente a Bezalel, el hijo de Uri y nieto de Hur, de la tribu de Judá. 3 Lo he llenado del Espíritu de Dios y le he dado gran sabiduría, capacidad y destreza en toda clase de artes manuales y oficios. 4 Es un maestro artesano, experto en trabajar el oro, la plata y el bronce. 5 Es hábil en grabar, en incrustar piedras preciosas y en tallar madera. ¡Es un maestro en todo trabajo artístico!

6 »También he designado personalmente a Aholiab, hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan, para que sea su ayudante. Además, he dotado de habilidades especiales a todos los expertos artesanos para que puedan hacer todo lo que te he mandado construir:

7 el tabernáculo; el arca del pacto; la tapa del arca: el lugar de la expiación; todo el mobiliario del tabernáculo;

8 la mesa y sus utensilios; el candelabro de oro puro con todos sus accesorios; el altar del incienso;

9 el altar de las ofrendas quemadas con todos sus utensilios; el lavamanos con su base;

10 las vestiduras finamente confeccionadas: las vestiduras sagradas para el sacerdote Aarón y las vestiduras que sus hijos llevarán puestas cuando ministren como sacerdotes;

11 el aceite de la unción; y el incienso aromático para el Lugar Santo. Los artesanos deberán hacer todo tal como yo te he ordenado».

 

Aquí se narran detalladamente las instrucciones de Dios para construir el Tabernáculo de reunión, el arca del testimonio, el propiciatorio, el altar del incienso, el altar del holocausto y todos sus utensilios, la vestimenta sacerdotal, los aceites y los inciensos.


Bezalel y Aholiab fueron instruidos por el Espíritu Santo en sabiduría, inteligencia, ciencia y en todo arte, Dios les otorgó dones para hacer sus hermosas creaciones en carpintería, orfebrería, confecciones textiles primorosas, perfumería, etc.


Seamos como Bezalel y Aholiab, trabajemos en las destrezas que Dios nos ha dado, todos y cada uno de nosotros hemos sido dotados con algo en lo que somos buenos y habilidosos.


Si todavía no descubres en que eres hábil, esmérate en buscar ese don, ese talento o habilidad que ya está ahí, esperando por ser utilizado. Obtendrás muchas satisfacciones, y la más importante será reconocer al dador de esos talentos, Dios todopoderoso.

 

 

 

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