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La niña de sus ojos.

Salmo 17:8

Guárdame como a la niña de tus ojos;

Escóndeme bajo la sombra de tus alas,



La pupila del ojo humano es una abertura dilatable y contráctil, aparentemente de color negro que tiene la función de regular la cantidad de iluminación que le llega a la retina, en la parte posterior del ojo. También es llamada "la niña del ojo".


Es tan sensible que, si algo ajeno al ojo quiere tocarla, de inmediato el párpado reacciona cerrándose. Si un doctor necesita realizar estudios oftálmicos en esa zona, tiene que adormecerla. De lo contrario la lucha por tocar o ver “la niña” será ardua e infructuosa.


De manera popular en México, cuando algo o alguien es de gran valor para nosotros decimos la expresión: “Es la niña de mis ojos,” y el salmista utiliza esta misma frase.

Somos muy preciados para Dios, tanto, que la Biblia dice que somos “la niña de sus ojos.” Él nos ama profundamente y nadie nos puede tocar, ni hacer daño alguno. La Biblia asegura que nos prodiga su extremo cuidado por lo valiosos que somos para Él.

“Escóndeme bajo la sombra de tus alas”. No hay un lugar más seguro, confortable y precioso en donde podamos que bajo sus poderosas alas. Dios nos da protección como “su posesión más preciada”.


Así que, confiemos en el único que puede asegurarnos y guardarnos. Dios, por el inmenso amor que nos tiene, declara que somos “la niña de sus ojos”. Y como tal nos tiene protegidos en un lugar en donde no podemos ser tocados, por daño o mal alguno sin su consentimiento. ¡Que alentadoras noticias!


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