Estoy bien
- Tere Guerrero
- 3 nov 2023
- 2 Min. de lectura

De paz inundada mi senda esté, o cúbrala un mar de aflicción, cualquiera que sea mi suerte diré: Estoy bien, tengo paz, ¡Gloria a Dios!
Está es una estrofa del conocido himno “Estoy bien” escrito por Horacio G. Spafford.
Spafford, después de una serie de eventos desafortunados y trágicos en su vida, como la reciente muerte de su único hijo varón, decidió enviar a su esposa y a sus 4 hijas a Inglaterra el 22 de noviembre de 1873 a bordo del trasatlántico “Ville de Havre. A medio camino el navío fue golpeado por otra embarcación, hundiéndose tan solo 20 minutos después.
Las cuatro hijas de Spafford, Ana de 11 años, Maggie de 9, Bessie de 7 y Tanetta de 2, estuvieron entre las 226 personas que perecieron en el hundimiento. Su esposa fue una de las pocas personas que sobrevivió al naufragio. Al llegar a Inglaterra le envió un trágico telegrama a Spafford que decía: “Salvada sola”.
Spafford inmediatamente se embarcó a Inglaterra para reunirse con su quebrantada esposa. Cuando el barco pasaba por el lugar aproximado donde sus hijas se ahogaron, en su profunda aflicción, escribió este hermoso himno que ha servido de consuelo durante 150 años a miles de personas alrededor del mundo.
Pensando en mi vida, cuando alguien me pregunta “¿cómo estás?” entro en conflicto porque no deseo mentir al contestar un simple “bien” porque sé que no es verdad. A veces tengo un torbellino de problemas y pruebas alrededor de mí; sin embargo, me maravilla ver tan tremendas tragedias que vivió Horacio G. Spafford y que su respuesta a todas ellas fuera “Estoy bien, tengo paz, ¡Gloria a Dios!”
Entiendo que estoy bien, no por lo que sucede o no en mi vida, sino porque Dios, que es amoroso y misericordioso, está al pendiente de cada una de esas situaciones y las permite en mi vida siempre para lograr un beneficio mayor.
Esdras 8:22 dice: “La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan…”
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