Cicatrices.

Recientemente fui operada de un hombro y al pasar los meses han ido disminuyendo los dolores y las molestias. Poco a poco vuelvo a la normalidad, pero hay algo que nunca se borrará: la cicatriz.

Pero, ¿qué es una cicatriz? Es una señal o parche que queda en los tejidos de la piel después de curada la herida o llaga. Si la cicatriz no cierra el tejido vivo generando nuevas capas de protección, significa que hay un problema y todavía no se puede declarar curada esa lesión.

En ocasiones, aunque haya pasado mucho tiempo, todavía duele la zona donde está la cicatriz. Es evidencia que ahí hubo un corte, muchas veces más profundo que únicamente la primera capa que es la piel, a veces se abren muchas capas internas y al generarse nuevos tejidos, estos duelen, aunque ya este declarada sana la herida.

Después de una herida, donde hay una cicatriz nada vuelve a quedar igual; existe un cambio sustancial en los tejidos.

Hay cicatrices también en nuestras almas. Con certeza te digo que todos hemos pasado por situaciones en las que hemos salido lastimados y queda la huella en nuestro ser.

Aún más, si hay alguna cicatriz que debemos portar con gran orgullo, es aquella que quede por cualquier herida que hayamos recibido por causa de seguir a Jesucristo y vivir una vida cristiana genuina.

A la luz de la palabra de Dios, podemos ver que cualquier herida que tengamos en el alma o en el cuerpo es mucho menos importante que las huellas que nos dejan el reflejar a Cristo en nuestra manera de vivir.

El Apóstol Pablo habló de las cicatrices que llevaba en su cuerpo por causa de sus múltiples sufrimientos por seguir a Cristo. Su mayor orgullo era llevar en todos los sentidos la cruz de Cristo, siendo privilegiado de pertenecer en cuerpo y alma al Señor.

Debemos decir como Pablo que nuestro interés por este mundo está muerto y llevamos con gran dignidad las cicatrices de Jesús. ¡Esas sí que son dignas de ser mostradas a los demás para dar gloria a Dios! ¿Eres un seguidor de Cristo? Pregúntate: ¿La gente puede ver mis cicatrices por causa del evangelio?

14 En cuanto a mí, que nunca me jacte de otra cosa que no sea la cruz de nuestro Señor Jesucristo. Debido a esa cruz, mi interés por este mundo fue crucificado y el interés del mundo por mí también ha muerto.

17 De ahora en adelante, que nadie me cause problemas con esas cosas. Pues yo llevo, en mi cuerpo, cicatrices que muestran que pertenezco a Jesús. Gálatas 6:14-17